sábado, 28 de marzo de 2015

HTC One M9, análisis: es necesario mucho más para destacar

Alguno ya está haciendo la broma a raíz del cambio en la directiva, y es que dicen por ahí que les cuesta menos sustituir al CEO que hacer cambios en su principal teléfono. Es una realidad que la tercera generación de HTC One se presenta con una línea muy conservadora, muy parecido al teléfono que sustituye, pero hay varios ingredientes que lo convierten en una solución actual, y merecen ser conocidos con detalle.
Podemos decir lo de siempre en este tipo de análisis: lo tienen muy complicado para renovar un producto de éxito, que al margen de las cuentas de HTC, funciona y gusta en el mercado. Cada HTC One ha sido valorado por su estética y calidad, pero también ha contado con la tecnología que se demandaba en cada momento. Estamos en el mismo caso, con la particularidad de que la competencia - desde Corea - está arriesgando bastante para marcar diferencias.
HTC One M9 es una evolución, no una revolución. ¿Suficiente para ser más atractivo que la competencia?
Sí, antes de entrar a valorar un producto como HTC One M9, podemos decir sin tapujos que su principal problema se llama Samsung Galaxy S6, que ahora ha decidido cambiar su cuerpo por uno de metal, y reclamar la atención de potenciales compradores de teléfonos One. He elegido el ejemplo más claro, pero el resto de competidores - principalmente LG y Sony -, también van a subir el listón muy alto.
Así que este año se me antoja que es más complicado para HTC, por lo que no descarto que en el devenir de los meses aparezca un “HTC One M9 S”, con la intención de igualar en algunas especificaciones a lo más granado del mercado. Sea como sea, el que tenemos en nuestras manos es un teléfono más que notable, impecable en su creación, atractivo a la vista, y prácticamente un icono en esto de los teléfonos móviles.


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